¿Qué es una casa pasiva de madera? Una casa pasiva de madera es una construcción de bajo consumo energético que hace un uso eficiente del sol, las fuentes de calor internas y la recuperación de calor, de modo que, incluso en los inviernos más fríos, no se necesitan sistemas de calefacción convencionales. Esto se consigue con una envolvente bien aislada y estanca, que incorpore ventanas certificadas Passivhaus, un diseño libre de puentes térmicos y sistemas de ventilación con recuperación de calor de doble flujo.
Este tipo de viviendas, que logran una alta eficiencia energética, aportan como consecuencia un elevado confort interior y además son edificios ecológicos por definición. Como utilizan poca energía primaria, las casas pasivas son sostenibles y contribuyen a la protección del medio ambiente.
Si además incorporamos sistemas de construcción con madera, al ser un material renovable y reciclable, el impacto ambiental de nuestro edificio será mucho menor que con uno convencional.
Como ya hemos comentado, el objetivo principal de este tipo de casas es lograr un edificio de consumo energético casi nulo. La idea principal es prescindir de los sistemas clásicos de refrigeración y calefacción que son los encargados de regular la temperatura del interior de las viviendas. En las casas pasivas de madera se utilizan la orientación del espacio y las condiciones climáticas, combinado con un sistema de ventilación que proporciona aire fresco de forma constante y recupera el calor. De esta forma, se consigue una envolvente térmica muy aislada y estanca al aire de alto nivel con un consumo energético prácticamente nulo y un ambiente interior saludable.
Si optas por vivir en una, estos son los principales beneficios principales que te puedes encontrar en casas pasivas de madera:
El principal inconveniente es una mayor inversión inicial en este tipo de construcciones, que las hace poco accesibles a toda la población. El precio medio es entre un 10% y un 15% superior que el de una edificación convencional. Sin embargo, gracias al ahorro energético de las casas pasivas, la inversión realizada puede recuperarse en un periodo corto de tiempo, aproximadamente nueve o diez años.
El interior de una casa pasiva de madera es prácticamente idéntico a cualquier vivienda convencional. Lo único que cambia es el sistema de ventilación y los detalles constructivos que definen la construcción de la envolvente exterior del edificio: muros, ventanas y puertas exteriores, balcones, cubiertas, soleras y forjados en contacto con el terreno.
Uno de los elementos fundamentales en las casas pasivas es el sistema de ventilación de doble flujo con recuperación de calor que hace que la casa esté ventilada de forma correcta y natural. Gracias a la presencia de un intercambiador térmico, este sistema de ventilación recupera para el aire nuevo filtrado del exterior, las calorías del aire viciado que se extrae de la vivienda, ayudando a mantener constante la temperatura en la vivienda, tanto en invierno como en verano.
La envolvente exterior se compone de todos aquellos elementos (muros, ventanas, forjados, cubiertas,...) que separan el interior del exterior. El interior de la casa ha de mantenerse en condiciones de confort para las personas, mientras que el ambiente exterior está variando constantemente, día y noche y, en función del clima, con cada estación.
Para conseguir que el ambiente interior sea confortable en edificios de bajo consumo energético, como las casas pasivas de madera, toda la envolvente exterior necesita estar perfectamente aislada y estanca, sin pérdidas de aire.
Cuando construimos con madera, nos beneficiamos de su capacidad aislante. La parte opaca de los cerramientos se puede construir con madera contralaminada o con sistemas de entramado ligero de madera, y en ambos casos, es muy fácil dar continuidad a la capa de aislamiento y a la de estanqueidad al aire para cumplir con el estándar Passivhaus.
Es bien relevante dar a las ventanas la importancia que merecen y dedicar tiempo a escoger su ubicación y tamaño para que la luz natural y la energía solar entren al interior cuando se necesitan. Las ventanas de madera para casas pasivas están diseñadas tecnológicamente para satisfacer los requisitos Passivhaus y se ha de cuidar mucho su instalación para evitar puentes térmicos.
Aunque comúnmente suelen llamarse las casas del futuro, lo cierto es que las casas pasivas llevan entre nosotros desde finales de los 70 y principios de la década de los 80 cuando un físico alemán, el Dr. Wolfgang Feist, y un ingeniero sueco, Bo Adamson, establecieron los criterios para el estándar Passivhaus.
A pesar de que hace más de 40 años que este término llegó a la cultura de la sostenibilidad, en España no encontramos casas pasivas certificadas hasta el año 2009. Principalmente están situadas en Cataluña y Andalucía.
Las casas pasivas de madera tienen una certificación de edificación sostenible. ¿Qué condiciones tienen que cumplir las construcciones para poder ser certificadas en este estándar? Las casas pasivas tienen que:
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