Es una escultura tallada a mano en enebro, pertenece a la serie Wabi-Sabi, esta inspirada en la filosofía japonesa que lleva ese nombre, es una visión estética y una forma de comprender el mundo que se basa en la belleza de la imperfección, en la fugacidad y la no permanencia de la existencia. En resumen “nada dura, nada esta completo y nada es perfecto” y sin embargo existe una belleza inmensa en eso; aceptar pacifica y serenamente el ciclo natural del crecimiento y la decadencia inherente de la vida.