La Casa Suko, en Oleiros A Coruña, surge de la necesidad de ser oficina y vivienda. En una parcela estricta y estrecha debe desarrollarse esta vivienda con voluntad de extenderse. El volumen construido viene dado por los retranqueos y fondo. Hormigón abujardado negro, madera y vidrio....
La parcela se aprovecha al máximo. El reto no colmatarla, no ejecutar una casa que se apodere de la parcela y se haga protagonista de esta. La forma, aparentemente caprichosa, es un resultado, es la suma de: parcela, normativas y programa. Sus materiales y texturas responden a la sensibilidad de los clientes, a su esfuerzo por saber como desean que sea su hogar.
Como arquitecto mi obligación es dar respuesta a este esfuerzo, a esta búsqueda personal y sincera.