Esta vivienda se desarrolla en las plantas segunda, tercera y bajocubierta de un edificio a rehabilitar, construído en 1932, entre medianeras y con 5 alturas.
En el interior de la vivienda, los cerramientos de piedra granítica originales, se aíslan y trasdosan para alcanzar unas condiciones higrotérmicas adecuadas.
La estructura horizontal que conforma los forjados de piso es de madera de pino tea y está formada por un doble orden de vigas y pontones y entablado de piso que la completa arriostrando el forjado y aportando rigidez al conjunto de la estructura.
La altísima calidad de esta madera en términos de durabilidad y estabilidad y su sofisticada configuración en cuanto a dimensionado y resolución de las uniones le dotan de un gran valor patrimonial. Por ello, su conservación, reparación y puesta en uso se adoptó como uno de los argumentos principales de la intervención.
Se pretende que en el resultado final sea testigo de los valores de la construcción original y de los distintos procesos que lo han alterado ofreciendo, a la vez, un nuevo espacio adaptado a los más altos estándares de construcción actuales generando una atmosfera cálida, luminosa y con una espacialidad fluida e interconectada.