La vivienda Passivhaus, ubicada en Castrelo de Piñeiro, es una reconstrucción que se asienta sobre los vestigios de unos muros de piedra que han sobrevivido al paso de los años, los cuales recuperamos y completamos con estructura y piel de madera.
Estos muros determinan la orientación de la vivienda, lo que condiciona su eficiencia energética. La edificación se divide en dos volúmenes orientados al Norte hacia la calle y las espectaculares vistas, y al Sur hacia el pequeño jardín.
La base de esta casa pasiva son los materiales autóctonos. Para completar los muros de piedra existentes utilizamos madera de castaño y de eucalipto tanto en la estructura como en la envolvente, que junto con el aislamiento mineral ayudan a optimizar las condiciones de confort interior.
Las carpinterías son de madera y triple vidrio de altas prestaciones para mejorar el comportamiento energético de la vivienda en el clima extremo de la zona, con inviernos muy fríos y veranos cálidos. El diseño de los huecos de las fachadas respeta el estilo de las construcciones tradicionales de su entorno y viene determinado por las trazas preexistentes en los muros. Debido a las necesidades de captación solar, estos huecos se adaptan en la fachada Sur.
Más que una vivienda familiar, este proyecto quiere formar parte de la vida de la zona y convertirse en un motor económico siguiendo los principios de la economía circular, implicando para su construcción a los profesionales y los recursos naturales del propio entorno.