En Madrid hacía falta un espacio para todas esas personas que tenían un proyecto, pero no un espacio. Eso es lo que debió pensar Fabrizio Grassi y así es como nació The Workshop. Pero mejor que te lo cuente el propio Fabrizio.

Corría el año 2019 cuando un carpintero y ebanista italiano que había estado recorriendo el mundo, trabajando en todo tipo de talleres y siempre rodeado de todo tipo de materiales, decidió volver a Madrid, instalarse en la ciudad y montar su propio taller. Pero no un taller para él sólo, sino un taller para todos.

La razón era muy sencilla: en una ciudad como Madrid hay mucha gente que empieza sus proyectos en casa o en un garaje, pero son espacios muy pequeños y en los que cuentan con pocas herramientas, algo que complica la viabilidad de esos proyectos.

Madrid necesitaba un espacio así y Fabrizio lo hizo realidad. Ya antes de ponerlo en marcha conocía a un buen número de personas con estas mismas necesidades y, además, ya había trabajado varios años en Tailandia con otro proyecto y se había encontrado con los mismos problemas que ahora veía en Madrid. 

Fabrizio Grassi en su taller durante el rodaje del documental de The Workshop para woodiswood

Con la idea clara en su cabeza Fabrizio se lanzó a la búsqueda de un local, porque hasta ese momento “no había nada”, únicamente “había un patio con poca herramienta”, así que no paró de buscar hasta encontrar un lugar como el actual, “un coworking con herramienta” que empezó a utilizar él sólo y que poco a poco se fue llenando de nuevos coworkers. 

A día de hoy los perfiles que forman parte de The Workshop son de lo más heterogéneo, pero también ahí reside parte del atractivo del lugar. Como comenta Fabrizio, “aquí hay un poco de todo. Hay algún profesional, gente que viene después del trabajo, hay muchos ingenieros, muchísimos informáticos... Por la mañana tengo jubilados y luego tengo muchos jóvenes que vienen con el tema de las guitarras”.

 “Me gusta la idea, me gusta trabajar con la gente, me gusta enseñar”. Y en esas tres patas se asienta la filosofía de The Workshop que es al mismo tiempo un lugar donde imaginar todo tipo de ideas, un espacio con todo tipo de maquinaria para desarrollarlas y un sitio donde aprender todo tipo de oficios. 

Uno de los espacios de trabajo en The Workshop, donde conviven toda clase de proyectos

En cuanto a los cursos, Fabrizio comenta que “tenemos un poco de todo” y, sobre todo, cosas diferentes. “Normalmente yo hago una investigación de lo que hay en Madrid. No quiero ponerme contra otros cursos o hacer cosas que ya están hechas”. Y así en The Workshop puedes hacer un curso de plantas, uno de arte o cualquiera de los nuevos que llegan cada mes. 

La demanda de este tipo de talleres es cada vez más grande y, en palabras de Fabrizio, “se considera una vía de escape para mucha gente, pero también hay una necesidad de volver a trabajar con las manos”. 

El trabajo manual es una de las señas de identidad de The Workshop Madrid

Para todas aquellas personas que vienen con un proyecto propio y quieren desarrollarlo de principio a fin, Fabrizio les da todas las facilidades. Tantas que ni siquiera hace falta tener experiencia. “No hay que tener ningún conocimiento previo, aquí te podemos ayudar” desde el inicio. “Hay todas la herramientas. Es herramienta muy sencilla. En dos horas te puedo explicar cualquier cosa, en un curso de cuatro te explico todas las máquinas que tenemos y es más sencillo de lo que se cree todo el mundo. Todo el mundo puede hacer muebles y puede hacer proyectos.”

Tan fácil, sencillo y divertido. Como lo lees. Además, Fabrizio ofrece una membresía dentro de The Workshop con la que ayuda “a armar el proyecto, hago un poco de asesoría, le explico cómo tienen que ir los cortes y cómo planificar el proyecto”. 

The Workshop está formado por toda clase de profesionales y amateurs, que conviven en un espacio multidisciplinar

Para sus proyectos de carpintería y ebanistería, Fabrizio prefiere “utilizar maderas europeas o de América del Norte por un tema de certificación de sostenibilidad. Utilizo mucho el chopo” aunque también le gusta mucho el olmo, el roble y el cerezo a la hora crear sus muebles.

Su proceso de trabajo se asienta en dos pilares, partir de un prototipo y buscar siempre la funcionalidad. “Me gusta mucho el prototipo, trabajar en la funcionalidad, en dejar algo sencillo, que funcione y que sea sencillo de producir”. 

Fabrizio Grassi durante el proceso de producción

En su faceta de profesor, ha tenido “familias enteras y grupos de amigos muy grandes” que, por lo que se ve, disfrutan de lo lindo porque, según nos cuenta Fabrizio, “normalmente la gente repite varios cursos”.

Será por los profes, por los cursos y por la camaradería y el buen ambiente que se respira en The Workshop que “la gente que viene aquí se hacen muy amigos, todos. Siempre hay buen rollo, a la gente le encanta.” 

Y seguramente por eso de este maravilloso espacio nacen maravillosos proyectos como el de Greg Robbins, que ha sido protagonista de nuestro primer #wood2talk y del que os hablaremos más en profundidad en un nuevo capítulo de las docu-series de woodiswood. 

Dos taburetes realizados en TheWorkshop

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