Si nos guíamos por las definición normativa o los tableros que el Código Técnico contempla para uso estructural podemos identificar las siguientes clases de tablero:
+ Tableros de partículas, también conocidos como tableros aglomerados de partículas de madera. Dentro de estos, son aptos para uso estructural los tableros tipo P4 y P6 para ambiente seco o P5 y P7 para ambiente húmedo. Es destacable hoy que en su producción se incorpora un porcentaje de madera de reciclado y que su comportamiento estructural es el mismo en ambas direcciones: longitudinal y transversal.
+ Tableros de fibras, tipo MDF.LA para ambiente seco y tipo MDF.HLS para ambiente húmedo. Son tableros tipo DM y únicamente esos dos tipos podrían usarse como estructurales. En la práctica, es poco común utilizarlos en sistemas constructivos habituales.
+ Tableros contrachapados, tableros de chapas de madera encoladas entrecruzadas entre sí. Sus características estructurales vendrán determinadas por el fabricante, ya que en función de la especie de madera utilizada, la cola y el número de capas tendrá unos valores u otros.
+ Tableros de virutas orientadas o OSB, por sus siglas en inglés, Oriented Strand Boards. Aquí encontramos distintas calidades: el OSB/2 para ambiente seco, el OSB/3 para ambiente húmedo y el OSB/4 de altas prestaciones para ambiente húmedo. Es importante tener en cuenta que sus propiedades varían en función de la dirección de la virutas, paralela o perpendicular, que se tiene en cuenta en el cálculo y después ha de respetarse al colocarlos en obra.
A grandes rasgos, podríamos diseñar y calcular un edificio a construir con sistema de entramado ligero de madera utilizando como tablero diafragma cualquiera de estos tipos de tablero.
La realidad es que después, en términos de eficiencia, adecuación al uso y disponibilidad en el mercado, lo más habitual en España, es utilizar OSB o tablero de partículas tipo superpan Tech P5.
Además de su comportamiento estructural, indispensable para su uso arriostrando montantes y viguetas, es interesante contemplar otras características.
Por ejemplo, si estamos construyendo con estándares de edificios de consumo casi nulo o casa pasiva, considerar el tablero como parte de la capa de estanqueidad, hará que debamos tener en cuenta su propiedad de permeabilidad al paso del aire y su resistencia al vapor de agua será relevante también para el cálculo higrotérmico de los cerramientos.
No menos importante es saber qué espesores y formatos están disponibles en el distribuidor que suministrará los tableros para la obra. La medida más habitual es 2500x1250 mm en espesores 15 ó 18 mm. Sin embargo, podemos requerir un espesor mayor, un formato con mejor aprovechamiento porque prepararemos los entramados en taller, o una característica mejorada. En ese caso, consultar al fabricante para conocer todos los detalles es conveniente antes del inicio del diseño estructural.
Así sabiendo qué tableros se podrán encontrar con facilidad y consultando las fichas técnicas de sus fabricantes podremos realizar un cálculo integral de los cerramientos con todas las garantías.
Otro aspecto a tener en cuenta, sería componer las partidas con el desglose de materiales para incorporar al presupuesto del proyecto. Con el generador de precios, podemos estimar esas unidades de obra y proyectar edificios con sistemas de entramado ligero de madera.
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