Participar en un proyecto de la envergadura de la restauración de La Pedrera de Gaudí (también llamada Casa Milá) tiene que ser increíble. Y si no que se lo pregunten a Santiago Rodríguez Quílez, quien durante décadas se dedicó a la restauración de esculturas y fachadas de piedra para particulares y ayuntamientos, y que fue uno de los trabajadores que durante meses se dedicaron a recuperar el aspecto original de uno de los emblemas más destacados del mítico arquitecto catalán.

Su padre era escultor y a él, cuando decidió que no quería seguir estudiando, también le tocó trabajar la piedra. Sus inicios fueron como aprendiz en un taller de escultura y lo que parecía una carrera encaminada se truncó allá por el 2010. Santiago tuvo que cerrar su taller. Fue en ese momento cuando decidió que empezaría a trabajar con madera por ser un material más cómodo para conseguir diferentes gruesos y formas (lo de las formas orgánicas es algo que lo acompaña desde la experiencia de La Pedrera, donde había descubierto que los edificios no tenían por qué ser cuadrados). 

Hoy en día Santiago trabaja en TMDC. Como te contamos aquí, es un proyecto ubicado en Barcelona que es más que un taller, y más que un coworking, y más que un espacio de producción profesional abierto a todo y a todos. Un proyecto que aúna artesanía, tecnología, modelado, prototipado, formación… y como dice Pedro Pineda, uno de sus cofundadores, “nuestra idea es que aquí puedas desarrollar lo que quieras de cero a cien”. 

En este espacio también trabajan otros profesionales que han pasado por nuestras cámaras como Emiliano Malet con su proyecto Skullart en el que une arte, decoración y un estilo muy personal con el que logra piezas exclusivas que no dejan a nadie indiferente; la Asociación de Mujeres Carpinteras Un Taller Para Todas, un grupo de mujeres que ha decidido tomar la iniciativa, derribar todas las barreras de género y marcar un nuevo camino para las futuras generaciones de carpinteras; André Mazzei, un carpintero brasileño que dejó todo atrás para encontrar su lugar en el mundo; o Tamara Sepúlveda y su proyecto Boulle Restoration en el que, además del boulle, realiza todo tipo de proyectos de carpintería.

Es en ese entorno, rodeado de profesionales de todos los perfiles, en el que Santiago da rienda suelta a su creatividad. Como él mismo dice, “me gusta unir dos o tres cosas que le gustan al cliente y diseñar la pieza (basándome) en eso”.

Y es así como se hacen realidad proyectos como Sofía, una silla ergonómica fabricada en su totalidad con madera de palet. Esta obra de Santiago es elegante, ligera y resistente a partes iguales. Una pieza que encapsula la esencia de la filosofía de diseño de Santiago inspirada en la simplicidad y la belleza de las formas naturales, combinando líneas suaves y acabados impecables que realzan la riqueza visual y táctil de la madera. Una pieza elaborada a mano utilizando técnicas artesanales que garantizan un producto único.

Una celebración de la madera como recurso esencial, pero también una invitación a la reflexión sobre la sostenibilidad y el impacto del diseño en el entorno. Una historia que mezcla la tradición, la innovación y el respeto por la naturaleza. Así es el trabajo de Santiago Rodríguez Quílez artesano de la madera. Un trabajo que, además, tiene su continuación en el mundo digital. Y es que en su canal de YouTube, Aprende artesanía, muestra los entresijos de una profesión tan fascinante como la suya.

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