Una pérgola también llamada porche, es una estructura exterior normalmente fabricada en madera. Está formada por postes, vigas y travesaños formando un entramado que se unen mediante tornillería y mecanizados. El objetivo es dar sombra y ser un elemento decorativo de reunión en un jardín, terraza o espacio común tanto público como privado. Debajo de la pérgola suele existir otro mobiliario como bancos, sillas o mesas en caso de vivienda privada (jardín o terraza) o también puede ser una zona de paso en áreas públicas en las que se quiera disfrutar de un paseo al fresco.

Su uso se remonta desde tiempos antiguos y en países donde el sol es un gran protagonista. Los países mediterráneos han sido un buen ejemplo de uso de pérgolas en el exterior para ampliar los usos habitables de una vivienda. O bien para decorar y dar refugio del calor en plazas y zonas comunes en pueblos y ciudades. Su uso ha sido muy popular en los jardines ingleses del siglo XVIII y el siglo XIX.

En condiciones normales, se pueden cubrir las vigas con plantas trepadoras o cualquier elemento vegetal que se encargue de tapar la estructura de madera, muy conveniente en las horas centrales del sol. También se puede recurrir a una lona de cualquier material que sea fija o movible, e incluso colocar techos de cristal o policarbonato. 

Un elemento moderno que se empieza a utilizar es la pérgola bioclimática, lamas retráctiles que se abren o cierran dependiendo del tiempo que haga. Y que además puede estar también fabricadas en madera. Ahora ya no solo se tiene en cuenta el sol, porque si el techo se cierra de manera hermética sirve para usos en días lluviosos.

Madera que se usa para la fabricación de pérgolas

Esta estructura es fija, lo normal es que esté anclada al suelo. Los materiales utilizados deben ser resistentes tanto al tiempo y condiciones de temperatura cambiantes, como al hecho de estar a la intemperie. 

Es por estas características que deben ser maderas muy resistentes y tratadas, la mejor elección serán las especies de categorías 3 y 4. Las más frecuentes son el pino y el abeto, tratadas en autoclave. El tratamiento en autoclave protege la madera natural de los daños causados por los insectos y los hongos. 

Se pueden usar también otras especies como el cedro, el cerezo, el alerce, el roble, la encina, el maple, el olmo… 

Las tropicales como el ipé, el iroko o la teca son buenas alternativas por ser maderas ya durables de por sí en usos exteriores. 

Es una construcción sólida y si tiene un mantenimiento adecuado su durabilidad está garantizada con el paso de los años. Recordemos que la madera es un material vivo y su tono, cambia con el paso del tiempo. A pesar de que la madera sea tratada se debe realizar un mantenimiento sencillo cada cierto tiempo, se sugiere que sea en un intervalo de entre 2 a 5 años. 

¿Un ejemplo de estructura en forma de pérgola muy visitada en España? El Parasol Metropol de Sevilla, obra del arquitecto alemán Jürgen Mayer. La estructura en madera más grande del mundo, construída en madera microlaminada de abeto.

Dentro de la comunidad woodiswood tenemos varias carpinterías que tienen referenciadas la fabricación de pérgolas. Si necesitáis a cualquier profesional os invitamos a contactar con ellos.

Si quieres completar más información, puedes leer otro artículo que habla de pérgolas en nuestro blog: https://woodiswood.net/blog/articulo/cual-es-el-origen-de-las-pergolas

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