Si pensamos en bosques, lo primero que imaginamos es la masa forestal, las distintas especies de árboles que coexisten junto con arbustos y flores. También en el ecosistema donde el suelo, los animales, el clima, el agua y otros agentes interactúan entre sí. La riqueza de un bosque se mide en la diversidad biológica que contribuye al bienestar del planeta. Es importante gestionarlos bien ya que además de ser fuentes de recursos naturales, ofrecen servicios ambientales indispensables, ofrecen hábitat a cientos de especies de carácter vegetal y animal, además de proporcionar alimento a los habitantes de dentro y fuera del bosque.
De manera general se considera al bosque como recurso forestal y centrado en la madera, pero un bosque genera mucho más. Podemos dividir a los productos que se extraen del bosque en dos categorías, los madereros y los no madereros.
Los materiales que consideramos madereros se pueden agrupar en estas categorías:
MADERA. Lo primero que se nos viene a la mente al pensar en árboles y recursos forestales. La extracción de madera es fuente de ingresos para los propietarios y comunidades de montes y se encarga de abastecer a la industria de tablero, a la industria del papel, a los fabricantes de CLT, vigas y otros elementos de construcción, a carpinterías y afines así como producir biomasa para obtener energía. Sus restos también son aprovechables para tener una segunda vida, tal como hablamos en nuestro artículo de madera recuperada, o como fin último para hacer leña. Con la madera también podemos conseguir otro tipo de productos químicos como pulpa y celulosa, para fabricar papel y cartón, la lignina, con múltiples usos destacando el uso para generar biocombustibles, generador de emulsiones en la industria química y como aditivo en la industria de la construcción. Los taninos, presentes como ingrediente del vino, en elaboración de tintas o en el curtido de pieles. Las resinas, se extraen principalmente de coníferas, y destaca el pino, de hecho existe una variedad denominada pino resinero (pinus pinaster), este subproducto maderero se usa en la industria de la construcción, en industria de aceites y disolventes, para realizar manualidades, como producto para fabricar artesanía, o como adhesivo fuerte.
Además de un árbol podemos extraer también los siguientes productos: virutas, que se utilizan como cama para animales, compost, para relleno de embalajes o como combustible. El serrín, se utiliza como compost, para la industria del tablero, o para fabricar pellets. Las astillas, se usan para la industrial del tablero y la celulosa, como combustible en caldera de biomasa, o en jardinería. La corteza se aprovecha para jardinería, para uso de medicina natural, y en la industria química para hacer tintes. Y no podemos olvidarnos del corcho, extraído de la corteza del alcornoque, usado para la industria del vino, como material aislante en la construcción, para la industria alimentaria y también para realizar todo tipo de complementos en la moda, como carteras o bolsos. La península ibérica tiene casi el 90% de la producción mundial de corcho a nivel mundial, representando Portugal casi el 60% y España el 30%. Aprovechamos siempre para recordar que siempre que se use madera en los proyectos a nivel decorativo o constructivo se elija madera local y con sello PEFC y/o FSC, tal como te hablamos en este artículo.
Productos no madereros son aquellos que se extraen del árbol o están de manera natural en un bosque pero no están dentro de la industria maderera, como en el apartado anterior.
Lo primero en la lista serán los frutos del árbol, aquí podemos hablar de una gran variedad de frutas o frutos secos como manzanas, ciruelas, cerezas, peras, nueces, piñones o bayas silvestres. Aquí en España, la producción de frutas de árbol representa casi 15 millones de toneladas de producción, y asciende a un 22% de la producción total europea.
Los aceites esenciales, que se obtienen a partir de las hojas, las flores, las raíces o la corteza de algunas plantas y árboles con propiedades terapéuticas o aromáticas. También estas partes se usan en la industria de la alimentación o farmaceútica para la realización de infusiones, jarabes, tisanas, aceites de masaje o alimentos que se pueden consumir frescos o bien secos.
La goma arábiga, que es un polisacárido de origen natural, se extrae de ciertas variedades del árbol de la acacia. Se usa como pegamento, en cierto tipo de alimentos como gelificante. En usos tópicos en la industria farmacéutica como cicatrizante de heridas, y en la formulación de productos naturales como estabilizante de emulsiones.
Como último producto reseñable que se aprovecha del árbol, hablamos del caucho, que de manera natural se extrae del árbol del caucho (Hevea brasiliensis). Aunque sus orígenes están en la Amazonía sudamericana, su cultivo está extendido por el sudeste asiático. Se usa entre otras cosas, para la fabricación de neumáticos, la industria del calzado como suelas para zapatos o para fabricar guantes de látex.
Dentro del bosque tenemos dos productos que se extraen y forman parte de la industria alimentaria, cosmética y medicinal.
Por un lado tenemos las setas, un producto muy interesante ya que representa una producción de 120.000 toneladas, un 10% del total de la UE. Los micólogos y la gente entusiasta que recoge setas sabe que en territorio español hay una gran variedad de estos hongos repartidos por bosques y montes donde destacan entre otras las variedades el níscalo, el boletus o la seta de cardo, que precisamente nace entre restos de madera.
Y llegamos a la miel, producida en colmenas, de manera natural o bien a través de la mano del hombre. Las abejas polinizan plantas, flores y árboles para producir todo tipo de mieles, como la del eucalipto, la miel de mil flores, azahar, brezo, castaño, romero… España además es el principal productor de miel de la UE, representando un volumen de más de 27.000 toneladas en el año 2023.
Todos estos productos favorecen la población y el asentamiento en comunidades más rurales. Alrededor de la extracción de estos productos, se mantienen los habitantes, proporcionando servicios y un medio económico de subsistencia. Esto también contribuye al turismo gastronómico o de carácter rural que atrae visitantes a zonas donde este tipo de productos es un reclamo, como las ferias sectoriales de la miel, o las fiestas de exaltación de productos extraídos del bosque, como las setas, o frutos como la manzana o sidra, que se celebran a lo largo de todo el territorio español e incluso europeo.
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