Pontevedra. Año 2022. Se da por finalizada la obra de un proyecto en el que la madera juega un papel fundamental. A Casa dos Profesores ya es una realidad. Y a partir de aquí, como no podía ser de otra forma visto el resultado final, se suceden los elogios para esta vivienda unifamiliar: en 2022 es finalista de los mejores proyectos de arquitectura en madera organizados por la Asociación de Investigación de las Industrias de la Madera (AITIM) y en 2023 recibe el Premio Gran de Area concedido por el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, es finalista en los Premios de Arquitectura e Rehabilitación de Galicia organizados por la Xunta de Galicia y es seleccionado para los XX Premios COAG del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia. Casi nada.
Todo ello es fruto de un trabajo exhaustivo en cada fase del proyecto, desde la conceptualización, hasta la ejecución pasando por el diseño y la selección de materiales.
Porque, además de ser un proyecto que refleja una intención clara de fusionar los valores de la construcción vernácula con las demandas estéticas y funcionales del presente, lo hacen, además, a través de una cuidadosa elección de materiales naturales, siendo la madera uno de los principales protagonistas. Una madera que, en su fusión de elemento constructivo, ha sido un material clave en la evolución de la arquitectura sostenible.
Esta es una visión de la responsabilidad que en el caso de Arqxé y A Casa dos Profesores va mucho más allá. Porque se trata de un proyecto que renace de lo antiguo, que se levanta sobre las bases de una construcción tradicional y que utiliza los antiguos muros de piedra para dar soporte a una estructura moderna y ligera.
Originalmente, la construcción estaba compuesta por tres volúmenes: dos viviendas y una bodega. Los arquitectos, en lugar de demoler y reconstruir completamente, decidieron mantener la esencia del lugar al reorganizar estos volúmenes originales. Para conectar las distintas áreas, se incorporaron nuevos cuerpos más bajos que los preexistentes y que actúan como espacios auxiliares entre las estancias principales, haciendo que el conjunto funcione en una total armonía.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentaron en el estudio fue tratar de resolver la estructura manteniendo un equilibrio entre lo sólido y lo liviano. En lugar de conservar los muros de piedra que estaban en mal estado, se optó por un muro revestido que da una apariencia de gran robustez en la base, mientras que la parte superior se resolvió con una envolvente de madera, brindando un aspecto menos pesado y más contemporáneo.
Además, uno de los aspectos más destacados del proyecto es el uso continuado de la madera en las cubiertas a dos aguas y en los volúmenes auxiliares.
Habrá quien se pregunte cuál es el sentido de utilizar tanta madera, y la respuesta es muy sencilla: más allá del plano estético, en el que este material aporta una calidez visual que contrasta con la rigidez de los elementos pétreos de la base, también permite mejorar la eficiencia térmica y acústica, ya que es un excelente aislante, así como la eficiencia estructural de la vivienda. Además, también ofrece ventajas técnicas en cuanto a sostenibilidad ya que permite reducir el impacto ambiental tanto en su construcción como en su mantenimiento a lo largo del tiempo. Y eso, en un contexto donde la sostenibilidad y el respeto por el entorno son cada vez más importantes, refleja una preocupación consciente por el medio ambiente y una apuesta por una arquitectura más responsable.
Desde el punto de vista funcional, la vivienda está organizada en dos alturas que maximizan el uso del espacio sin necesidad de grandes excavaciones, algo clave dado el terreno rocoso en el que se asienta. En el volumen sur, se sitúa la planta superior que alberga el dormitorio principal, un estudio y una sala de lectura, que también funciona como mirador. Esta zona elevada permite disfrutar de las vistas al jardín y al entorno, mientras que los dormitorios secundarios se encuentran en la planta baja, directamente conectados con el exterior.
De esta forma Jorge Enríquez y Adrián Pinaque han sido capaces de crear un espacio interior acogedor que favorece la iluminación natural y la ventilación cruzada, y han logrado establecer una conexión directa con el entorno, haciendo que los habitantes se sientan integrados con la naturaleza que los rodea.
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