La madera laminada es el material de construcción que mejor se adapta a los requisitos de carga, estabilidad formal y estética. Las vigas tienen un contenido de humedad máximo del 12%, de manera que no sufren contracciones, movimientos ni grietas. Tienen una mayor resistencia y rigidez que las vigas macizas de la misma especie, lo que permite crear grandes luces sin apoyos usando al mismo tiempo elementos constructivos más delgados.
Los principales usos son la construcción de viviendas, rehabilitación, construcción industrial y comercial, y por supuesto en edificios representativos.
La solidez y el rendimiento superior de la madera laminada se combinan con la estética única de esencias nobles como el castaño o el iroko. Conseguimos transformar un elemento funcional puro en un elemento de decoración en sí mismo.