José Alonso es la cabeza y las manos de esta fantástica casa árbol ubicada en O Corgo (Lugo), y él mismo nos cuenta cómo ha sido su experiencia durante todo el proceso.

Una cabaña de madera en el árbol era un sueño que José Alonso, arquitecto, tenía desde pequeño. Hoy en día es una realidad, un reto personal que le ha permitido trabajar con madera y llegar a entenderla.

“Ya era un sueño infantil que tenía de pequeño. Todos tenemos esa visión de querer tener una cabaña en el árbol” comenta José, quien ha invertido todas sus tardes durante cerca de un mes para dar forma a este proyecto tan personal.

Eso sí, ha tenido la ayuda de su compañero Iván. Como él mismo afirma, ninguno de los dos son profesionales en la materia, por lo que se supone que una persona experta podría hacerlo de forma más rápida.

La idea surgió durante la pandemia, un momento en el que José tuvo tiempo para pensar largo y tendido hasta diseñar perfectamente su plan con todas las piezas de madera necesarias.

“Empiezas a diseñar tu casa ideal, y piensas en cómo sería. Pero después te das cuenta de que no vale cualquier árbol”, comenta José. En ese momento solo tuvo que mirar a su alrededor para ver que tenía la solución allí mismo.

“En esta parcela hay robles y la verdad es que fue como un flechazo con este carballo. Lo vi y dije: este es el árbol”.

La elección del material con el que construir su casa en el árbol fue relativamente sencilla. Como él mismo cuenta, “lo que tenía muy claro es que la construcción que hiciera en el árbol tenía que dialogar con él y no dañarlo”, por eso, “qué mejor solución que escoger madera”.

En cuanto al tipo de madera, José escogió la madera de pino. “Tenía una inquietud de trabajar yo mismo con la madera, entonces fue un reto a nivel personal. Además, trabajar la madera te ayuda a entenderla”.

En cuanto al sistema constructivo, la casa se ajusta con tres pies y cuenta con la estructura ideal para apoyarse en el árbol sin dañarlo. José no ha utilizado pernos ni ha clavado otros materiales al tronco, ya que “el árbol tenía que seguir su vida y la caseta acompañar ese crecimiento.

De hecho, ha pasado ya un tiempo y la casita se ha ido acompasando y moviendo con las exigencias y el crecimiento del árbol”. Y así, tanto el roble como el pino trabajan conjuntamente, permitiendo que se sienta el crujir de la madera en los días con más viento.

La infancia de José no estuvo en un entorno rural, por lo que este proyecto le permite “disfrutar de la tranquilidad, de la naturaleza y escuchar a los pájaros, y es lo que me motivó a hacerla”.

José Alonso forma parte de woodiswood, así que si quieres conocer algún detalle concreto sobre su cabaña en el árbol, no dudes en contactarle a través de su perfil o haz una valoración en su proyecto.