Cómo surge un coworking de makers

Todo empezó en Berlín. Un grupo de amigos, que habían salido recientemente de la universidad tras estudiar diseño, tenían la necesidad de contar con un espacio para construir cosas. “Teníamos muchas ideas y proyectos posibles, pero no teníamos el sitio donde hacerlas”, comenta Pedro Pineda.

Años más tarde, ya en Barcelona, surgió una nueva propuesta de negocio partiendo de la misma idea: crear un espacio de coworking con un taller profesional compartido enfocado a todo tipo de personas que buscan fabricar.

Y es que en compartir está la cuestión.

La filosofía detrás del proyecto está clara. Según Pedro, “es muy interesante no ser propietarios de algo”. 

Por eso en TMDC todo es compartido con una comunidad que, ahora mismo, supera las ciento cincuenta personas. 

Eso permite a cada persona acceder a máquinas de fabricación profesionales que, de otra forma, si tuvieran que adquirirlas para sus proyectos personales, sería inviable. Además, en TMDC “sabes que hay un equipo que se encarga de que esto funcione y que tú te puedes enfocar en crear y producir lo tuyo”

Así se puede ser parte de la comunidad TMDC

Hoy en día, en TMDC hay tres tipos de usuarios. 

El primero lo forman aquellas personas que tienen un hobby, que quieren hacer algo con las manos y que necesitan acceso herramientas profesionales para llevarlos a cabo. 

Después están las personas que recién empiezan, que tienen otra profesión y que se quieren dedicar a, por ejemplo, fabricar muebles o piezas de madera.

Y, por último, el tercer usuario es el que busca flexibilidad, que se dedica a esto, pero no se quiere meter en algo fijo, ni tener un alquiler grande, ni tener que pagar unas máquinas propias cuando puede hacer un uso compartido y tener así acceso a mejores máquinas o herramientas.

Como comenta Pedro, “nuestra idea es que gente que está empezando pueda acceder a lo que tienen los profesionales”. Y es que uno de los problemas con los que se encuentran las personas al iniciar sus proyectos de producción es el económico. 

Por eso, en TMDC cuentan con diferentes niveles de membresía con el que reducir el riesgo, desde los bonos de un día, a la membresía básica y, a medida que cada persona se va profesionalizando, la membresía de profesional o los espacios fijos, propios para un profesional. 

Según Pedro, “lo mejor que tiene TMDC es esa parte de “concéntrate en lo que tú quieres hacer, prueba y no tengas miedo, porque el fallo no es muy grande. Imagínate que te tienes que montar la carpintería de madera entera desde cero y no sabes ni siquiera si te gusta, aquí pues, puedes probar”.

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