El olor a serrín, el ruido de las máquinas, la madera… todo eso forma parte de la vida de Dolores Alonso desde que era bien pequeña. Ahora que ha sido una de las encargadas de coger las riendas de la empresa familiar hace un repaso de una trayectoria que tiene sus orígenes en los años 50 y que empezó desde abajo, nunca mejor dicho.
Y es que, tras pasar por ese pequeño local en la trastienda de una zapatería, José María Alonso López “edificó" y en la parte baja del edificio, hizo lo que era la carpintería donde ya sería su propia carpintería. Y tendría empleados. Y allí estuvo hasta los años 70”, en palabras de la propia Dolores. De allí se trasladaron a otra localización, siempre dentro de As Pontes, donde también edificó, aunque esta vez la carpintería la situaría enfrente, hasta que finalmente se instalaron en el Polígono Industrial Os Airiños.
Ese recorrido lo recuerda Dolores con mucho cariño, sobre todo porque “nosotros teníamos la carpintería debajo de casa y venías de la escuela y pasabas por delante de la carpintería. Y hablabas con los carpinteros que estaban allí. Y bajabas y jugabas y andabas por allí. Era una carpintería que estaba con las puertas abiertas”. Unos recuerdos que se podrían concretar en un olor, el que traía su padre cuando venía de trabajar. “Aquel olor a madera está impregnado” en la vida de Dolores.
En esa época “era todo muy familiar. Era una calle muy familiar. Era un ambiente muy familiar. Entonces todos los niños entrábamos allí, no solamente nosotras, sino incluso los vecinos que estaban por allí”.
Con el paso de los años lo que empezó como un juego ingenuo se convirtió en unas prácticas laborales. “Realmente nosotras siempre ayudábamos en el verano a nuestro padre”. Siendo muy pequeñas “ayudábamos a pasar madera en las máquinas” y de ahí dieron el salto a la oficina. “Entonces íbamos el fin de semana a ayudarle a hacer presupuestos o cosas que tenía que hacer”.
Cuando Dolores acabó de estudiar diseño de interiores “como era verano pues te incorporas al trabajo”. Algo que, según cuenta, iba a ser temporal. Pero el destino le tenía preparada una sorpresa. “Por circunstancias, la persona que llevaba la máquina de CNC cesó el trabajo con nosotros. Y fue cuando le dije a Pepe, esta es mi oportunidad”.
Ese centro de mecanizado le abrió las puertas de un nuevo enfoque laboral tanto a Dolores como a la propia empresa. “Conocíamos ya un arquitecto que se decantó por hacer casas de madera, nos lo propuso y fue una forma de sacarle muchísimo más rendimiento al centro de mecanizado”.
Dentro de esa evolución de la carpintería en general y de Maciñeira en particular, la compañía siempre se ha mantenido fiel a los valores que la han traído hasta aquí. “Tenemos un trato muy cercano con el cliente y también somos resolutivos”.
La sostenibilidad es otro de los valores que juega un papel fundamental del día a día en Maciñeira. “Todas las maderas que trabajamos proceden de bosques sostenibles”, algo que “fue cambiando con los años” porque “se ponen normas, te vas adaptando a lo que hay, cada vez eres más consciente de todo, te van informando, te van enseñando, vas aprendiendo y te vas dando cuenta de que hay cosas que deberían ser de determinada manera”.
Un proceso que discurrió en paralelo al del amor de Dolores por la madera para quien ahora lo es todo. Le fui cogiendo más cariño con el tiempo. Y ahora mismo no iría de aquí. Así como en un principio le dije a mi padre `oye, si encuentro un sitio de trabajar me marcho´, si hoy lo tuviera delante le diría `no me marcho, me quedo, me gusta lo que hago y me gusta lo que hacemos´”.
Después de toda una vida, Dolores lo tiene claro: “yo animaría a los jóvenes a intentar trabajar con la madera porque es una parte muy creativa, te da muchas satisfacciones. Muchas veces es ensayo y error, pero te da una
satisfacción personal, cuando consigues hacer la pieza final... Por desgracia se está perdiendo, no hay profesionales”.
Y lo dice con el orgullo de “seguir con el trabajo y con el esfuerzo que supuso para mi padre llegar a donde llegó” y con la convicción de que seguirán “evolucionando, que no decaigan esas ganas de seguir aprendiendo, de seguir luchando y de tirar para adelante. Y creo que no lo vamos a hacer. Creo que vamos a seguir tirando. Somos luchadores y seguimos luchando.”
En woodiswood también queremos seguir adelante y escuchar más historias como las de Dolores y Maciñeira, así que si tienes un proyecto entre manos y quieres formar parte de nuestras docu-series ponte en contacto con nosotros desde nuestra web y nuestras redes sociales (Instagram, Facebook y Linkedin).
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