A lo lejos, la Forest Tower -o Torre del Bosque, en español- toma forma de un reloj de arena. Para levantar sus 45 metros de altura, se ha necesitado acero corten y madera de roble obtenida de los bosques sostenibles de Selandia, una ciudad distante a 70 kilómetros de Copenhague, donde efectivamente se erige esta atractiva estructura.

Al ser uno de los materiales predominantes en esta construcción, la tonalidad tan característica del roble se confunde con el color del espeso bosque boreal Gisselfelds Klosters.

El acero, por su parte, del que están hechas las 36 columnas verticales parece doblado o incluso un  poco torcido. Sin embargo, tal como lo explican los expertos a cargo del diseño y ejecución de la obra, el acero del marco de la torre… ¡no se dobla! Solo gira 120 grados y crea una ilusión óptica. Curioso, ¿no?

Un hito en Escandinavia 

La Torre del Bosque ha sido diseñada por el estudio EFFEKT con la intención de crear una estructura estéticamente perfecta; y de hecho, es posible afirmar que es una de las primeras construcciones de su estilo en toda Escandinavia. 

Ha sido habilitada en 2019: desde entonces, ha recibido miles de visitantes locales y extranjeros (a excepción del año de la pandemia por la COVID-19) así como decenas de nominaciones para premios y galardones de arquitectura. 

La Forest Tower se encuentra dentro del complejo privado Camp Adventure, que tiene una extensión de más de 30 hectáreas. Se lo conoce por ser el campamento de escalada más grande de Dinamarca, que pone el centro de la experiencia a la naturaleza. Cuenta además con una tirolina, y al menos diez senderos; por lo que visitarlo se puede convertir en un plan perfecto para compartir con niños, amigos y familiares. 

Las mejores vistas… ¡están arriba! 

Si el objetivo es subir toda la Torre del Bosque, habrá que ir paso a paso andando por los 12 pasillos de madera -sin escaleras- distribuidos en forma de espiral a lo largo de 650 metros, que son totalmente accesibles para personas en silla de ruedas. 

A medida que se avanza, la vegetación y el aire fresco serán la perfecta compañía: es como dar un paseo entre las copas de los árboles. 

Al llegar a la cima, elevada a 140 metros sobre el nivel del mar, se dispone una plataforma de observación desde donde se podrá ver arroyos, colinas y praderas. También, si el día está despejado, se tendrá vistas privilegiadas de la capital danesa e incluso de Malmö (Suecia)

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