La localidad sueca de Skellefteå tiene una larga tradición en construcción de todo tipo de estructuras en madera. Por ello, no es casualidad que en la actualidad su nombre se ubique en el radar internacional por albergar a lo que será el edificio de madera más alto del mundo: el Sara Kulturhus de 80 metros de altura.
La casa de la cultura, administrada por el municipio de Skellefteå, tendrá al menos seis escenarios, dos galerías, un museo, una biblioteca y un amplio vestíbulo que servirá para todo tipo de exposiciones. Por si fuera poco, también tendrá restaurante, un sky bar, y un hotel con el que el Ayuntamiento local espera responder con creces a la creciente demanda turística en esta zona de Suecia.
Las obras de Sara Kulturhaus se encuentran en plena ejecución en una superficie de 30.000 metros cuadrados. Se espera que el edificio sea habilitado antes de finales del 2021.
La materia prima de la construcción ha sido madera local proveniente de bosques boreales; y su explotación cuenta con el certificado de sostenibilidad. Se han utilizado un total de 12.200 metros cúbicos de este material de origen natural. En este sentido es importante mencionar que la empresa a cargo de la construcción ha optado por un distribuidor de madera que opere lo más cerca posible de la obra (a un extraradio máximo de 60 kilómetros); de esta manera, se han reducido costes y la contaminación que generados por el transporte.
El proyecto de Sara Kulturhus ha implicado el despliegue de dos sistemas constructivos diferentes: uno para el centro cultural (ubicado en la planta baja del edificio) y otro para el alojamiento distribuido en 20 plantas con más de 200 habitaciones. Para el centro, por ejemplo, se ha utilizado madera prefabricada con madera encolada cruzada y glulam (también llamada madera laminada encolada); mientras que en el hotel se ha empleado madera maciza prefabricada con un marco de madera encolado en cruz.
La construcción robusta del centro cultural y del hotel, respectivamente, hace que la estructura responda de manera eficiente a las condiciones climáticas de Skellefteå: con temperaturas mínimas de hasta -13ªC (en invierno) a máximas de 21ºC (en verano).
En el techo de Sara Kulturhus se han colocado placas solares con baterías que permiten el almacenamiento de energía y su sistema de energía renovable posibilita la reducción de la huella de carbono de todo el edificio. A esta innovación, se suma la utilización de la inteligencia artificial que controla el consumo de energía en las 20 plantas del hotel.
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