Vamos a remontarnos a marzo de 2020. La llegada de la COVID dio un giro radical a millones de vidas (por no decir a todas) por infinidad de razones diferentes. Y una de ellas fue la de Tamara, que por aquellas fechas se encontraba en Tanzania realizando labores de voluntariado con niños.
Antes de esa experiencia, durante 7 u 8 años se había dedicado a la restauración de antigüedades con boulle, un tipo de mueble francés que está hecho con caparazón de tortuga carey y latón. Aquello era en Texas, donde estaba afincada.
Pues su nombre se debe al ebanista francés André Charles Boulle, que se hizo famoso por una técnica de incrustación de carey y latón en ébano. Fue conocido como el joyero de muebles y sus piezas de mobiliario decoradas con técnicas de marquetería crearon escuela, todavía hoy existe la École Boulle en París, que desde 1886 continúa formando en el arte de la marquetería que él inició.
Tamara es especialista en la restauración de muebles de estilo Boulle, técnica que aprendió de la mano de otros expertos. Es una tarea compleja que exige precisión y que la vinculó a la madera y a la fabricación de muebles.
En 2020, Tamara regresó a Barcelona y “fue cuando se me ocurrió la idea de buscar otra cosa que fuese similar a la restauración de muebles y se me ocurrió lo de la carpintería”, comenta Tamara.
Inició un curso de carpintería y ahí arrancó su proyecto personal que, como ella misma cuenta, no ha sido ni mucho menos un camino de rosas.
“Hacen falta muchas ganas, sobre todo, para poder sacar adelante algo así, porque encontrarás muchísimas piedras en el camino. Has de saber que es difícil, pero cuando las cosas son difíciles luego es mucho más reconfortante cuando consigues algo”.
Ahora ha pasado casi una década, que se dice pronto, en la que Tamara no ha dejado de avanzar, aprender y sorprenderse con el trabajo de la madera. Incluso a sí misma. “Si me preguntan diez años atrás, nunca hubiese dicho que estaría ahora haciendo carpintería. O sea, para mí sería como wow, imposible”.
Lo dice con una amplia sonrisa, de esas que hablan de satisfacción personal, de esas que esbozan las personas que están orgullosas del camino recorrido.
Y es que Tamara lo tiene muy claro: “animaría a cualquier mujer a que pruebe a trabajar la madera, a que vea lo que es, que no tenga miedo. Yo creo que cualquiera que toque la madera luego se acaba enamorando”. Y lo dice ella, que sabe muy bien de lo que habla.
Si deseas conocer más sobre los proyectos de carpintería de Tamara, visita su perfil en woodiswood.
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