Si todavía no habías oído hablar del slow craftsmanship, siéntate y lee. Y si ya lo conoces, esto también te va a interesar. Hay quien dice este tipo de fabricación artesanal que más que una manera de producir es un estilo de vida, una forma de resistirse a la velocidad vertiginosa en la que algunos se han acostumbrado a vivir, es redescubrir el valor que tiene el tiempo cuando está en nuestras manos, es poder reflexionar, es hacer las cosas con mucho mimo y mucho cuidado. En resumen, es la esencia del ser artesano.
Y como de tiempo y de esencia va la cosa, la de Baku Barrikupel también reside, además de en el slow craftmanship, en rescatar materiales que han cumplido su ciclo, dándoles una segunda vida a través de piezas cuidadosamente elaboradas en su taller rural ubicado en Zábal. Este no es sólo un espacio de fabricación, sino que también es el “txoko” (palabra que en euskera significa «rincón» o «sitio pequeño» y que denomina a los locales o sedes de sociedades gastronómicas, que pueden ser también recreativas o deportivas). Aquí es donde la tradición vitícola se entrelaza con la sensibilidad contemporánea, y también el lugar en el que se cuenta y se vive la historia de materiales que adquieren una nueva dignidad.
El proyecto Baku Barrikupel se fundamenta sobre tres pilares: la reutilización de madera de barricas de vino, el contrachapado de pino y los tubos de PVC.
La madera de roble, cultivada durante siglos para luego envejecer el vino apenas una década, logra aquí una extensión digna de su, hasta ahora, corta historia. El contrachapado, resistente por naturaleza, y el PVC, habitualmente desechado tras su uso en vinilos automotrices, encuentran aquí un destino creativo y sostenible, además de estético y funcional.
El resultado es espectacular: un catálogo de lámparas únicas, tanto de pie como colgantes y de mesa, que están fabricadas, como mínimo, con el 85 % de material reutilizado. Un compromiso con la sostenibilidad que va mucho más allá y se evidencia, entre otras muchas cosas, en el uso de aceites ecológicos LIVOS para proteger la madera.
Cada pieza que sale del taller de Baku Barrikupel es minuciosamente montada a mano y se traduce en una reflexión sobre el respeto por las formas naturales y la vitalidad del entorno rural.
Una muestra de ello es cada una de sus lámparas que, más allá de su mera funcionalidad, se transforman en auténticos viajes de luz, de textura y de memoria. Iluminan espacios mostrando vetas, cruces y nodos de un roble que conoció el vino y el tiempo. En interiores, aportan un halo de calidez y autenticidad, ideales para bodegas, estudios de interiorismo u hogares que valoran la coherencia con el entorno.
Además de sus propias creaciones, en Baku Barrikupel están encantados con otro tipo de colaboraciones, como las que llevan a cabo con bodegas y en las que logran transformar las barricas de las cosechas más simbólicas en piezas exclusivas.
Pero en Baku Barrikupel no todo es producto, también hay grandes dosis de comunidad. Y fruto de ese espíritu nacieron allá por el año 2022 las Baku Workshop Music Session, en las que su taller se convierte en el espacio perfecto para llevar a cabo una preciosa fusión entre artesanía, música local y creatividad.
Además, padre e hija abren sus puertas en visitas guiadas que incluyen degustación de productos locales, como queso de Latxa, txistorra, vino artesano o cerveza de zumaque. Acciones siempre vinculadas a las prácticas sostenibles y a una experiencia sensorial que los asistentes recordarán de por vida.
Un modelo cooperativo que busca promover empleo local, la igualdad de género y la economía circular usando energía 100 % renovable, reciclando y colaborando con otras empresas y entidades.
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